¿Qué es la Abrazoterapia?
La Abrazoterapia®, al igual que la risa y la música es una más de las muchas herramientas, que la sabiduría de la Naturaleza nos ha regalado
¿En qué se basa la Abrazoterapia?
El fundamento científico del alto poder terapéutico del abrazo, queda marcadamente de manifiesto en el gesto de la madre cuando toma a su hijo y, al igual que en el alumbramiento o cuando le amamanta, su cerebro se encuentra segregando la maravillosa hormona de la oxitocina, conocida por ser la hormona del "apego". Gracias a ella, el bebe se siente unido a su madre y resguardado de todo peligro.
Pero todavía hay más, en el acto del abrazo no solamente actúa la oxitocina, sino que también, el abrazo activa en el cerebro la liberación de serotonina y dopamina, por lo que resulta fácilmente entendible la razón por la que experimentamos una maravillosa sensación de bienestar, sedación, armonía y plenitud en el momento del abrazo.
Probada está la utilidad de los abrazos en todas aquellas situaciones en que sobran las palabras o no logramos encontrar las adecuadas.Los abrazos que desconocen los límites del tiempo y el espacio. No tienen plazo de caducidad, pues basta con cerrar los ojos y mirar en el cajón de los recuerdos, para evocar "aquel" maravilloso momento, y así poder revivir plenamente la sensación del abrazo auténtico.
Resulta altamente interesante, la paradojal situación de que para abrazar, no hacen falta brazos; es posible abrazar con la palabra, con la mirada, con un perfume, una melodía
¿En qué nos puede ayudar la Abrazoterapia?
Los Abrazos, dicho así a secas pero con mayúscula, son fácilmente reconocibles ya que sus beneficios son inmediatos:
- Nos rescatan de la soledad y el aislamiento. No estamos solos, no somos el centro del Universo. Somos el Universo.
- Guían el auto conocimiento potenciando la autoestima.
- Facilitan los desbloqueos físicos y emocionales.
- Nos permiten vivenciar la integración de cuerpo, mente y emociones.
- Nos ejercitan en la empatía.
- Nos sitúan plenamente en el Aquí y el Ahora.
- Favorecen la comunicación afectiva con nosotros y con el otro.
- Estimulan la gratitud.
- Despiertan la creatividad.
- Impulsan a una actitud pro-activa en la vida.
- Conectan con la intuición.
- Favorecen el entrenamiento de respuestas asertivas.
- Devuelven la ilusión, la alegría y el buen humor, puesto que la risa es su fiel compañera.
- Le brinda reconocimiento y protección a nuestro "niño interior".
- Potencia la resiliencia.
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